jueves, 5 de febrero de 2015

El omniamigo

Entonces Dios me preguntó;

-¿Quieres ir al cielo o al infierno?

-¿Quienes están en el cielo? - Pregunté.

-Todos los que creen en mi-

-Entonces debiera ir al infierno, pero tampoco creo en el infierno.- Respondí.

Dios respiró profundo y me aclaró:
-Me estás viendo, estamos conversando, ¿que más pruebas quieres para creer en mí?-

-Sentirte.
 Como siento el viento y la alegría, como se siente el amor, la libertad, como siento la enfermedad y la maldad, la energía.
 Verte y conversar... Eso lo hago a diario con mis buenos amigos,  aun que para mi sorpresa has aparecido y ahora que hablo contigo Dios querido,  me das a elegir entre dos opciones.
¡Es limitante!-

Dios apoyó su cuerpo contra el muro de piedras blancas;
 - ¿Qué es lo limitante? Te ofrezco lo que hay y ha habido siempre, las dos caras del equilibrio, los caminos opuestos, el blanco y el negro.

- Por favor, hay toda una gama de colores. Tu eres una opción y te respeto, pero con estas dos sugerencias no me vas a convencer que eres omnipotente, omnipresente y más encima bueno, es la definición tuya en cualquier texto dentro de la humanidad.
Una humanidad que necesita urgente un líder noble con súper poderes como te adjudican.-

-Pues entonces vete donde quieras. Estás muerta ¿Sabes?-


-Lo supuse desde que te metiste en mi frecuencia de búsqueda.
 Dime una cosa Dios ¿A todos les das la opción de elegir?-

-No, hay seres que no ven nada más que el cielo, es su verdad y frente a eso no los hago cuestionarse, simplemente van.
-¿Y el infierno?
-¿El infierno qué?
-¿Hay personas que solo ven el infierno?
-Si... Me estás incomodando.


- ¿Juegas ajedrez?
-Nunca fui muy bueno
-Elige una mano
-La derecha
-Peón blanco tu comienzas Dios, solo esta partida y me voy.


                                                              Fin

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