miércoles, 23 de mayo de 2012

Compañero de viaje


Estaba durmiendo profundamente en la selva del Amazonas, Parque Nacional Manú, en Perú, figuraba dentro de una pequeña cabaña compartida con una española doctor de unos 50-55 años, ella también dormía, de pronto me despierta un dolor como una especie de aguijón en una pantorrilla, entre el sueño y la molestia, pensé que me había picado un insecto diferente a los mosquitos, tenía mis piernas con ampollas, por lo que un dolor adicional me era familiar y no me preocupé, entonces volví a conciliar el sueño.
A las 4 am me despertó un ruido que parecía el despegue de un avión constante, no era menor, tanto asi que salí a mirar las copas de los árboles, no amanecía aun.
 Aparece uno de los guías y le pido que me explique de que se trata, me dice que eran los Aulladores, los monos... Aulladores...
Yo quedé pasmada, en realidad me costaba mucho imaginar que ese ruido fuera emitido por un mono, muchos monos supongo!
Era maravillosa la noticia, no sé por qué, pero me parece justo que lleguen los dueños del lugar a declarar su monarquía, nosotros solo estamos de paso.

Ya con luz día tomamos desayuno y partimos de excursión, éramos en total 19 los ¨turistos¨ divididos en dos grupos, no puedes entrar al Manu de otra forma, es con una empresa de turismo o siendo un científico con un proyecto ilustre, en mi grupo todos eran europeos  menos yo, todos hablaban inglés, menos yo y todos estaban por primera vez en la Amazonía, menos yo.

Sentir la selva y la vida que la conforma es espectacular, para mi es una de las sensaciones más placenteras que experimento, caminar y escuchar... 
 Escucho que no somos nada al lado de la naturaleza.
Lago Salvador, remando solo pa`la foto.
 Entonces fuimos en un catamarán rústico sobre el lago Salvador, un gran lago profundo, de aguas cristalinas, negro, la jungla se refleja en la superficie y los Aulladores no cesan su inquietante tonada, a ratos en sectores de la selva habían estampidas de aves, y con ello un sinnúmero de extraños sonidos, como si en esa parte de la frondosa espesura arbórea aconteciera un accidente, un encuentro de dos grandes o cazadores logrando su propósito, no sé, pero las ganas de ir a descubrirlo me hacían quedar en ridículo frente a los demás que ya estaban satisfechos cómodamente observando desde un lugar sin riesgos.
Y está bien, es lo que pagamos.
A parte del reflejo en el lago había caimanes por doquier, negros y blancos, flotaban asomando sus ojos, una parte de la nariz y un poco de cuerpo, yo pensé que eran troncos flotando…No.
 Aparecen los protagonistas de este paseo, una familia de nutrias gigantes, eran del tamaño de una foca diría yo, claramente la hembra líder de la camada nos trataba de aullentar, no éramos bienvenidos, las nutrias nos evitaban, pero hacían su vida a la vez. Así una que otra se sumergía de vez en cuando , para luego aparecer en la superficie mordiendo una piraña que sostenía con ambas manos.
Pienso que si hubiese introducido un dedo en el agua, lo hubiese perdido.
Los papagayos pasaban volando siempre muy alto y en pareja, pero no tan alto como para distinguir su color. Águilas, monos, serpientes.. La vida.
Hormigas
Cigarras
































Soy alérgica, pero no a todos los insectos, de hecho creo que estoy descubriendo el que me provoca la reacción ampollística,  es uno que en Chile se llama Jerjén y en la amazonía hay una especie similar y se llaman Manta Blanca, están en la ribera de los ríos y bueno, el primer día anduve (nuevamente), con pantalones más cortos de lo debido, entonces vi a los manta blanca en mis piernas más  tarde de lo debido y me salieron ampollas.
En realidad ya estoy un poco acostumbrada, también sufro ( en realidad no sufro), de tolerancia al dolor físico, "Umbral Alto" es denominado por los "Especialistas". Creo que esta virtud se acomoda a mi personalidad, entonces vivo este tipo de experiencias tranquilamente.

Así luego del catamarán en el lago, nos fuimos  a almorzar para prepararnos a la excursión de la tarde, se trataba de visitar una comunidad indígena caminando dos horas por la selva al interior, Casamatsiguenga el nombre,  todos con una frente muy particular, extremadamente amplia, hasta los niños, lo que les daba un aspecto muy simpático a todos, también eran muy pequeños y tímidos.


Cuando llegamos, nos esperaban para vender algunas artesanías confeccionadas por ellos, y además nos tenían actividades, el primer grupo que llegó mucho antes por que fueron en bote a motor,  jugaron un partido de fútbol y perdieron! A nosotros nos esperaban con un arco y flecha, como blanco una caja de cartón que manipulaban con mucha delicadeza donde estaba dibujado un jaguar, era un dibujo básico, como si lo hubiese hecho un niño. Nadie llegó  ni a 50 cm del Jaguar, eran muy grandes las armas al menos para mí, que al intentarlo salía volando el arco y me quedaba con la flecha en la mano, tal vez ensayando lo hubiese logrado.
Los habitantes de este micro poblado eran cordiales, los que se atrevían a interactuar con nosotros hablaban muy poco español, la comunicación era por medio de miradas, señales y sonrisas. Compré  una pulsera de mostacillas con el nombre de la comunidad, pero al ser tan largo, quien confeccionó la pulsera decidió escribir sólo Casamatsi, por que si ponía el nombre completo pasaba a ser un cinturón,  fundamento que inspiró mi compra. Volvimos al albergue en bote a motor.
Compañeros de grupo
Es mi primera  experiencia dentro de un grupo de personas, antes habían ido sola acompañada de un guía o aprendíz de guía en Iquitos y sus alrededores, en la región de Loreto en Perú, experiencias distintas pero es el mismo contexto.
En realidad el no poder comunicarse luego de conocer a las personas y compartir con ellos a diario en circunstancias donde la compañía y colaboración dentro del grupo es fundamental, era un poco incómodo, pero me hacía entender, con gestos, conceptos, monosílabas, finalmente sentía que los quería... En fin.
Arbol Sagrado
Así pasaron los días en este viaje internados en uno de los parques con mayor biodiversidad en el mundo, reserva de la biosfera mundial, y eso amig@ mí@, se notaba. 
Aveces me escabullía sola e iba a dar un paseo por los alrededores, en una oportunidad divisé entre la espesura unos animales grandes, sus colores negro y blanco, me agaché y comencé a acercarme agazapada para ver de que se trataba específicamente, cuando pude identificarlos estos ya habían sentido mi presencia y caminaron mirándome de reojo alejándose de esta extraña, era una pareja de aves tipo cigüeñas, que luego me enteré que se llaman ciconias, yo aceleré el paso y ellas terminaron huyendo internándose en la espesura fugazmente, yo detuve mi andar, no quería perder mi ruta en realidad, (podría ser muy arriesgado), alegre por el encuentro me dí media vuelta y caminé hacia el albergue, tan lento como para escuchar todos los sonidos, que son muchos, ya más cerca  de mi destino, siento ruidos ajenos nuevamente, otro animal grande pensé... Me detengo para observar y veo que vienen caminando dos compañeros de grupo, un par de chicos holandeses. Eran jóvenes, mi instinto lúdico hizo ocultarme tras un árbol donde los esperé, cuando ya pasaban por el costado, salté y la verdad es que cuando les vi la cara, me arrepentí completamente de haber hecho lo que acababa de hacer, ví terror en sus rostros. Mientras los esperaba, hubo un segundo, que pensé eso, que podía ser mucho el impacto, pero mi pasión deshizo mi buen pensamiento. Uno de ellos muy enojado con lágrimas de ira en sus ojos me decía en inglés que por favor no volviera a hacer algo tan estúpido ¡No es gracioso!
En realidad no reflexioné, primero estábamos todos haciendo algo prohibido por nuestros guías y fuera de las normas establecidas por la empresa y la reserva, segundo, figurábamos en medio de la jungla, un lugar poco acogedor para bromas de ese estilo.

Les ofrecí mis disculpas pero el susto se lo llevarán puesto para siempre.
Al parecer informaron por que desde entonces los guías me espiaban para evitar que  volviera a mis solitarias caminatas.
  
Sinceramente no puedo evitarlo, en otra oportunidad estabamos observando una tela de araña gigante, que construyen muchas arañas llamadas Arañas ciegas, y que efectivamente no ven, pero su capacidad de reacción a la vibración en la tela común es muy elevada, entonces cuando una presa cae en esta red, todas se acercan rápidamente de diferentes direcciones y comparten el festín, entonces cuando el guía tiró una pequeña presa para demostrarlo, yo asusté a un Belga que estaba a mi lado, este saltó del susto, otra vez mi arrepentimiento fue instantáneo, pero por suerte lo tomó con humor, luego de eso trató de vengarse en varias ocasiones sin éxito.

  Cuando íbamos en los recorridos programados, los monos desde las copas de los árboles se acercaban por las ramas a observar nuestra manada de turistas, alcancé a ver al menos seis variedades de monos o más bien ellos nos vinieron a ver; 
Capuchinos, Ardilla, Aulladores, Araña, entre otras especies. Su aspecto es como nosotros, los seres humanos y curiosos se asomaban entre las hojas de los altos árboles con sus bebés a cuestas, moviendose por el segundo nivel de la selva.

Monos Aulladores
Muchas aves, grandes mariposas que pasan volando con colores maravillosos, una cuncuna que parecía de lana angora, ardillitas nocturnas y los árboles gigantezcos , los maestros cómplices del desarrollo milenario de nuestra tierra.
Es un constante aprender, conocer e impresionarse.

Rio Manú
Luego de nuestro viaje que en definitiva fueron 7 días u 8 ya no recuerdo, me bajé de la camioneta que nos traía de vuelta a Cusco en Pisac, tenía amigos en Calca, pero hasta ese momento no sabía que estaba a unos 15 minutos de ese lugar.
Despúes de llamar por teléfono a Chile y conectarme en internet, tomé una micro a Calca, la última, ya era de noche, y desde Calca un Motocar a la casa de Michael ( donde residen Alejandra y Mateo) . Llegué  podrida en realidad, mi ropa y todo el equipaje eran unos champiñones, mis amigos me reciben en su casa temporal, Alejandra es una amiga que conozco hace unos… 22 años, de esas que son hermanitas.
Así me quede en Calca en esta casa que es de un amigo de Mateo y que gentilmente se la pasa para que viva con Alejandra y ahora su hijita Aya de pocos meses de vida.
Metí en una lavandería todo, me prestaron ropa y resolví varios temas de índole higiene y salud alternativa.


Desperté en el Valle Sagrado entonces, lo hermoso de este valle es indescriptible, y no es por el paisaje tan solo, hay algo mucho más potente en las montañas de este lugar.


Niñas venden artes
Mis amigos viajaban a Chile ese mismo día y Michael, el dueño de casa, extendió la invitación a quedarme como huésped el tiempo que quisiera, acepté la invitación y me quedé en Calca feliz.
Fui a Machu Picchu, tuve que tomar un furgón hasta Urubamba, este furgón era como para un concurso de esos de Sábados Gigantes, (Un programa de Tv clásico latino), se trataba de cuantos humanos caben dentro de un auto diminuto, en el furgón que nos transportaba había un sinnúmero de personajes de todas las edades y sus animales.
 Desde Urubamba un taxi más elegante a Ollantaitambo, acá tomar un tren hasta Aguas Calientes, y desde Aguas Calientes ya al día siguiente a las 6 am tomas un bus que te sube a Machu Picchu… 


Bonito, pero odié la cantidad de gente, eso no me gustó, era como estar en un mall, yo me atrapé tanto que me metí escondida de las personas y los guardaparques con silbatos, por una especie de huella de cascada seca y subí por uno de los cerros hasta que llegué a la cima. Fue muy agradable y conciliador,  logré salir del estado de shock. 
Hasta que me escabullí por las rocas una masa de nubes cubrían  la ciudadela, pero cuando llegué arriba de este cerro inexplorado por turistas ya las nubes se disipaban, conocí Machu Picchu desde otra perspectiva y como recompensa para la foto, salió el sol.

Machu Picchu


Había unas placas solares y una antena, además harta basura,  pensé que para ser patrimonio de la humanidad, era una especie de burla.
Bajé, recorrí la ciudadela y  conocí el puente Inca, practicamente una pirca gigante compuesta por miles de piedras, trabajo admirable. 
Puente Inca
Lo bueno de tanto turista es que en todos los espacios había alguien que se ofrecía amablemente a tomarme una foto, asi que tengo fotos conmigo ahí de cuerpo entero.

La foto que tienes que tener en tu vida
De regreso a Calca el pasaje en tren fue mas caro, claramente un tren más elegante con otro tipo de comida y cosas,  pero era la alternativa de volver ese día a Calca, llegué a Ollantaitambo y
tomé de inmediato un taxi a Urubamba, en Urubamba tomé un colectivo  a Pisac donde tomé un motocar a Calca, llegué de noche, Michael tenía invitados, saludé, conté a grandes rasgos mi aventura y me fui a dormir. Todos hablan solo inglés yo a esas alturas estaba acostumbrada a mi - comunicar – tu.

Otro amanecer en el Valle Sagrado que disfruté desde la terraza de la casa de Michael, me enrollaba una frazada en el cuerpo y me sentaba a disfrutar el primer rayo de sol que se asomaba en la cima de la montaña de enfrente, una inmensa armonía.

Mis ampollas habían mejorado considerablemente, algunas eran costras otras ya cicatrices, pero había una extraña, que me dolió especialmente esa mañana cuando me secaba luego de la ducha, como estába en la pantorrilla es de difícil acceso para observar detalladamente, pero es algo raro, asi que me arranqué con los dedos el elemento extraño, el dolor era como una especie de aguijón… Una garrapata!!

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