Soñé con un tigre dientes de sable, era un animal muy grande y hermoso, tenía lunares en su cuerpo muy parecidos al jaguar, un naranjo más oscuro tipo marrón cobrizo, me atrevería a decir.
Figuraba yo en mi cuarto y por un ventanal a mi izquierda estaba la selva, yo miraba y de pronto fue como un efecto alucinójeno, hice foco frente a mi y lo vi, yacía a no más de tres metros, pasivo, me mostraba algo que yo no veía bien, lo tenía entre sus patas delanteras, hice un esfuerzo visual y era un bebé, un bebé chimpancé sentado, jugaba con su manos como los bebés, el tigre abría la boca y le hacía cariño con los dientes en la cabeza y me miraba, sus ojos, naranjo azafrán.
Pensé, aún existen, la gente no los ve.
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