sábado, 1 de junio de 2019

El reino de Brown Queen.

Amanece en el reino de Queen Brown,  los rayos del sol aun no iluminan las gotas de rocío tambaleantes en los abutilones, pero Luis el colibrí ya despierto comienza su ritmo agudo remeciendo los tímpanos a las bestias que observan su zigzagente vuelo veloz.
El castillo se ubica en el la entrada del Valle del Cajón protegido por las montañas, donde tienes que escalar a la cima para ver el horizonte.

The Brown Queen cada mañana sale al jardín y saluda e intercambia caricias de  amor con cada uno de los seres que integran su reino en estas lejanas y humildes tierras, les alimenta y prepara el día para su hija, The White princess  quien no sabe que es una princesa, su madre no ha querido informarle porque es necesario que The White Princess aprenda el camino para la coronación, a pesar de lo dificultoso y solitario The Brown Queen considera que sin esa experiencia y sabiduría su hija no sería capaz de reinar estas hostiles pero fecundas tierras y a pesar que el padre de la princesa The Prion King es un poderoso hombre que heredó un gran imperio, The Brown Queen estima que no tiene mucho que enseñar en esta área de la vida, (que justamente es la vida), a The White Princes.
La princesa y su padre The Prion King tienen una relación amena, The King aparenta ser un buen padre en su reino, casado, con tres hijastros, busca a la princesa en su escuela cada fin de semana por medio e intenta pasarlo bien junto a su familia.

Nunca hubo amor entre la reina y el rey,  la reina a pesar de tener ya sus buenos años, era muy inmadura al quedar encinta... El rey también. Es más The Brown Queen vino a conocer el verdadero amor al nacer la princesa y ese amor puro, le hizo entender que debía transformarse en reina y construir su propio castillo lejos de la ambigüedad en las tierras del Prion.
Y así fue.

 En su solitario camino cargando a The white Princess aun en la espalda, The Brown Queen fue invadida por enfermedades y pobreza, injusticias y mentiras, azotada por una realidad castradora y castigadora solo por ser una reina madre soltera con intensiones serias de construir su propio reino.

Con el tiempo The Brown Queen enfermó más y comenzó a decaer por tristeza, pero no sabía que era pena, como ella siempre había sido feliz, este ataque no sabía cómo bloquerlo y estando enferma y débil en su desesperación comenzó a pedir la ayuda de las almas de los reinos de la cuenca, ella en sus viajes de juventud había conocido, compartido y reído con los ahora emperadores de las tierras bajas dentro de la cuenca amazónica. Ellos en esos jóvenes e ingenuos años le advirtieron que al ser tán luminosa sin pretensiones, era una atracción potente para las fuerzas de la codicia, mentira y envidia dándole una medicina protectora que la cuidaría diez años, además de un pedacito de tierra.

Al cumplir dichos diez años The Brown Queen quedó embarazada de Prion King, y ya considerándose madura para ser madre, se animó a seguir con su embarazo. Sin saber que engendraba, a esas alturas de su vida, un futuro duro y luchador pero que finalmente se convierte en un reino propio construido con su fuerza femenina gracias al amor incondicional.

 El reino que hoy amanece con bestias, flores, brillos, risas, aves, viento tibio y libertad.

Si, las almas de la cuenca la escucharon y le enviaron poderes, súperpoderes para detener y devolver el mal, con estas virtudes ella podía sentir anticipadamente lo que se planeaba desde más allá de sus horizontes, entonces solo devolvía los deseos para ella... Hasta recuperar su salud y fuerza duraría la magia.

En la medida que pasan los años  The Brown Queen ha ido convirtiendo su agradecido corazón en un noble y fuerte opérculo implacable, con esto ya sanar sus enfermedades, ponerse de pie desde varios peldaños más alto, sacudir la tierra de su indumento y comenzar a visionar qué es lo que puede construir traspasando las froteras de su reinado.


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