miércoles, 7 de diciembre de 2016

Bocado

   Ahí me di cuenta que venía a atacarme, rabioso, con el hocico rojo y lleno de saliva, esperé agazapada que llegara y se detuvo frente a mi, yo lo desafío directo a los ojos.
  Comenzamos a girar sin perder contacto visual, lentamente, como una ronda... De pronto el perro saltó y me lo comí.
                                                                         Ñam

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