Érase una vez un ombligo muy vanidoso, vivía debajo de la ropa casi todo el tiempo a veces le tocaba baño y muy de vez en cuando una limpieza profunda, él no tenia que hacer esfuerzo alguno, no se alimentaba, no leía, no hacía deporte, pero si estaba seguro que su sitio en el cuerpo humano era imprescindible, - ¨Estoy en el centro del cuerpo y eso es muy notorio¨ –Se decía. ¨ Suficiente razón para creer que un cuerpo sin ombligo no puede vivir¨ .
La
única actividad que le fastidiaba del cuerpo era cuando hacía abdominales que
para su buena suerte no era tan seguido.
Un
buen día el ombligo salió a pasear, se miraba en cada reflejo, era muy curioso
con su apariencia ya que jamás podía
observar sus pliegues y las vueltas que estos forman, dedicó un buen tiempo a
descubrirse y admirarse frente a un espejo, concluyó que su aspecto era más
bien como un nudo, -¨Un hermoso nudo. Tal vez aquí se anuda la piel cuando
terminan de forrar el cuerpo al fabricarlo¨ - Se decía.
Estaba en eso cuando de pronto apareció un ojo, azul como el cielo, tenía un lunar oscuro en el centro que lo hacía más atractivo aún, Ombligo nunca había visto un ojo de cerca y quedó impresionado con su hermosura, pero su naturaleza vanidosa y egoísta le hizo disimular su impacto.
Estaba en eso cuando de pronto apareció un ojo, azul como el cielo, tenía un lunar oscuro en el centro que lo hacía más atractivo aún, Ombligo nunca había visto un ojo de cerca y quedó impresionado con su hermosura, pero su naturaleza vanidosa y egoísta le hizo disimular su impacto.
- ¨Pero
mira¨- Se dijo a si mismo el ojo -¿Si no es un ombligo?, esto tengo que verlo de
cerca, nunca se ven ombligos por acá¨-
El ojo
observaba detenidamente a Ombligo, lo mira por
aquí y por allá, de pronto con sus pestañas pinchó a Ombligo.
-Hey!!
¿Qué crees que soy? ¿Un espectáculo?, yo tampoco había visto un ojo en mi vida,
y no te observo como a un bicho raro- Le manifiesta Ombligo
-Es
que dicen que ustedes son muy diferentes entre ombligos, recuerdo una vez
cuando niño… El ojo seguía mirando hasta el más mínimo detalle del enrollado cuerpo de Ombligo.
Ombligo
a pesar de lo incómodo no perdió la ocasión de subrayar las palabras del ojo
-¨Es que nosotros somos únicos y fundamentales ¨-
Ojo
de inmediato se incorporó, era sabio, bastante mayor que Ombligo, lo miró y justificando su ignorancia y
arrogancia porque era demasiado joven y le preguntó:
-¿Para
que sirves y eres tan fundamental?-
Ombligo
miró y se vio al centro de cuerpo pero realmente no había ninguna
responsabilidad, no tenía que cumplir ninguna función específica, al no tener
respuesta le dio rabia, no pudiendo contenerse le preguntó como un disparo al ojo: -¿ Y para qué sirves tú?
Ojo
sonrió - Ombliguito , yo sirvo para
ver todo, gracias a eso el cuerpo puede observar y reconocer las cosas, los
colores... Somos muy importantes los ojos,- ¨Si pero igual son dos¨- Añadió
ombligo con algo de envidia en sus palabras.
-¨ Claro que somos dos, y me encanta tener un compañero, pero con que tenga uno el
cuerpo ya es suficiente¨. -
Ombligo se preguntaba entonces ¿por qué eran dos?
Ombligo se preguntaba entonces ¿por qué eran dos?
Ojo
añadió: - ¨Aún que bueno, al tener solo un ojo se pierde la profundidad de campo, el cuerpo andaría chocando con
las cosas al principio, pero luego de un tiempo se acostumbra¨-
Ombligo
se preguntaba ahora -¿Que era la profundidad de campo?-
Ojo
continuó su monólogo :
- Imagínate la vida sin ojos, todo oscuro, no hay detalles, contornos, amaneceres, campos, el mar, las estrellas, las montañas, los bosques y ríos.
- Imagínate la vida sin ojos, todo oscuro, no hay detalles, contornos, amaneceres, campos, el mar, las estrellas, las montañas, los bosques y ríos.
Ombligo
ya se había desconectado de la conversación, no podía creer que no tuviera
objetivo alguno en el cuerpo humano, no tenía la respuesta del tono
satisfactorio que le dio el ojo con su función en el cuerpo y para su vida
cotidiana. Repentinamente lo invadió una profunda tristeza y decepción. Ojo comprendió que ya le había dado
una lección a nuestro querido amigo e insistió con la pregunta:
-Entonces
ombliguín… ¿Para qué eras tan fundamental?¨
Ombligo
no tuvo mas remedio que encogerse de hombros y reconocer que no tenía
respuesta, su frustración era evidente, le vinieron unas ganas de llorar
terribles, el ojo sintió ganas de reír, pero solo con una leve sonrisa le explicó:
- Ombligo
tu eres la marca de conexión en el cuerpo, gracias a ti los bebes que crecen en
la barriga de las mamás, se alimentan y respiran, durante los nueve meses de
gestación del ser humano al menos, tu función es definitiva e indiscutiblemente
vital para el cuerpo en la etapa de desarrollo embrionario o embarazo, luego
que la criatura esta lista para enfrentar el mundo exterior, o sea con todos
sus sentidos desarrollados, al nacer, cortan el cordón umbilical, que es tu
origen y así es que quedas con
esta apariencia al centro del cuerpo por el resto de la vida. -
Ombligo
poco a poco fue recuperando su alegría y también volvió a sentir importante su
existencia y a pesar de lo que le decía el ojo, esta vez no se sintió único y
fundamental, la humildad había aflorado en él, nunca lo había
sentido, pero algo de confort le traía este nuevo e inexplorado estado, se
sentía más grande, maduro, mas alto, desde ese momento el ojo era un maestro para él.
- ¡ Muchas
gracias Ojo, eres sensacional, además muy hermoso, creo que he aprendido
gracias a ti y me gustaría saber mucho más!-
Ojo
conmovido por la nueva actitud de Ombligo, valoró su humildad y reconoció que
si seguía así, podría ser una buena persona, -¨ Tal vez podrían ser buenos
amigos¨.-
-¨ Tienes
que estudiar e investigar lo que te presenta tu entorno, hazte preguntas y
trata de responderlas de acuerdo a las circunstancias, observando todos los puntos de vista, aplicando empatía y tolerancia, es la única forma de
encontrar respuestas sólidas¨-
Las
palabras de Ojo eran como llaves en la mente de Ombligo, cada una abría puertas
a un universo de posibilidades, -¡Ojo es mágico!-
- Aun
que…- De pronto Ojo descubrió que Ombligo se comportaba extraño...
Ombligo
lo observaba expectante, interesado ahora en cada una de sus palabras
-¨No puedo dejar pasar ni un detalle de mi maestro iluminador¨- Pensaba Ombligo.
Ojo algo perturbado ya por la ansiedad de su compañero cambió de estrategia para bajar el perfil a su imagen divina que había formado la mente de Ombligo.
-¨No puedo dejar pasar ni un detalle de mi maestro iluminador¨- Pensaba Ombligo.
Ojo algo perturbado ya por la ansiedad de su compañero cambió de estrategia para bajar el perfil a su imagen divina que había formado la mente de Ombligo.
- Si
quieres nos reunimos a conversar una vez por semana, yo trabajo casi todo el
tiempo,
¡Hay que alimentar a la familia pues! Podría hacerme un tiempito a esta hora, este mismo día de la semana, en este lugar.
¡Hay que alimentar a la familia pues! Podría hacerme un tiempito a esta hora, este mismo día de la semana, en este lugar.
- Esa
frase de ¨ Alimentar a la familia pues¨ fue para Ombligo como un balde de agua fría,
despertándolo del ¨Sueño del maestro iluminador con su aparición
milagrosa, para enseñar al discípulo elegido por el universo¨.-
Pues no, estaba frente a un ojo,
trabajador, con responsabilidades comunes y corrientes ofreciéndole su
amistad.
- ¨ Encantado¨ - Respondió Ombligo.
Fin
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